Cruz de navajas - José María Cano

michelletian

A las cinco se cierra la barra del 33,
pero Mario no sale hasta las seis
y, si encima le toca hacer caja, desp韉ete:
casi siempre se le hace de d韆.

Mientras Mar韆 ya se ha puesto en pie,
ha hecho la casa,
ha hecho hasta el caf?br /> y le espera medio desnuda.
Mario llega cansado y saluda
sin mucho af醤.
Quiere cama, pero otra variedad
y Mar韆 se moja las ganas en el caf?

Magdalenas del sexo convexo.
Luego, al trabajo en un gran almac閚.
Cuando regresa no hay m醩 que un somier
taciturno que usar por turnos.

Cruz de navajas por una mujer.
Brillos mortales despuntan al alba,
sangres que ti馿n de malva
el amanecer.

Pero hoy, como ha habido redada en el 33,
Mario vuelve a las cinco menos diez.
Por su calle vac韆 a lo lejos s髄o se ve
a unos novios comi閚dose a besos.

Y el pobre Mario se quiere morir
cuando se acerca para descubrir
que es Mar韆 con compa耥a.

Sobre Mario de bruces tres cruces:
una, en la frente, la que m醩 doli?
otra, en el pecho, la que le mat?br /> y otra miente en el noticiero.

Dos drogadictos en plena ansiedad
roban y matan a Mario Postigo
mientras su esposa es testigo
desde el portal.

En vez de cruz de navajas por una mujer,
brillos mortales despuntan al alba,
sangres que ti馿n de malva
el amanecer.